Thursday 30 April 2015

Libros protegidos

1. Tratemos de no usar aspiradora, a menos que la acumulación de polvo sea enorme. De ser así, colocar la aspiradora en su potencia más baja.
2. Usar un plumero tampoco resulta útil, ya que lo único que hace es cambiar el polvo de lugar.
3. Lo ideal es utilizar trapos “atrapapolvo”, que atraen el polvo magnéticamente. Su gran ventaja es que no dañan la superficie al utilizarse siempre en seco.
4. Si el polvo se encuentra en el lomo del libro, debemos utilizar un cepillo cerdas suaves (puede ser uno de bebé).
5. Si la cubierta del libro es de cuero, podemos aplicar con un paño de algodón que no suelte pelusa una cantidad mínima de vaselina para hidratar la piel. Luego se frota continuadamente para que el libro luzca como nuevo. Las cubiertas con brillo pueden limpiarse con limpiavidrios o producto multiuso para superficies: sólo una cantidad mínima aplicada sobre un trapo.

Problemas de humedad

1. La humedad es el principal problema, ya que forma colonias de hongos que se nutre del mismo papel.
2. La humedad puede ser ambiental. Por ejemplo, si nuestros libros se encuentran en un ambiente húmedo deberíamos ver la posibilidad de cambiarlos de lugar. En cambio, si la humedad es circunstancial (provocada por filtraciones, goteras, pequeñas inundaciones o la cercanía de cañerías) habría que solucionar este inconveniente y, en este caso, sólo bastaría con orear los libros.
3. Suele ocurrir que tenemos en nuestro poder libros antiguos con moho. Si el daño es muy grande tendremos que necesitar un tratamiento extra o la ayuda de un especialista.

Cómo limpiar las estanterías

1. Las estanterías se pueden limpiar con un trapo húmedo, cuidando siempre de secar bien los estantes antes de volver a colocar los libros.
2. Optar por estanterías metálicas y realizar las desinfecciones periódicas previstas en un plan de limpieza integral.
3. Las estanterías de madera son más proclives a la aparición de insectos. Por este motivo, deben limpiarse diariamente.

Iluminación

En una estantería y zonas de almacenamiento, la iluminación óptima se sitúa entre 50 y 200 lux. Siempre que sea posible, es preferible utilizar luces incandescentes, menos perniciosas que las flourescentes.

Ventanas

Es aconsejable que en las zonas de depósito de libros se evite la luz solar directa. Si existen ventanas deben cubrirse con filtros de rayos ultravioletas.

Temperatura

La temperatura óptima oscila entre 18 y 21ºC. Un exceso de temperatura favorece la degradación térmica de la celulosa, principal componente del papel, que se vuelve amarillo y quebradizo. Además, potencia el desarrollo de las bacterias que atacan los libros.

Humedad

La humedad relativa óptima es del 45 al 55 por ciento. En concentraciones superiores, la humedad del aire favorece el desarrollo de plagas de microorganismo e insectos y acelera las reacciones químicas de hidrólisis y el desvanecimiento de tintas. Una baja humedad relativa causa fragilidad y desecación.

Mesas de lectura

En las zonas de lectura es recomendable que la iluminación no supere los 300 lux. La iluminación excesiva, que fatiga los ojos, también amarillea el papel, acelera su descomposición química y desvanece los pigmentos. Los lectores no deben usar saliva en los dedos para pasar las hojas, ya que transmite baterias y genera acidez.

Ventilación

Una buena ventilación evita condensaciones e impide la proliferación de microorganismos y moho.

Estanterías

Las estanterías deben ser abiertas para garantizar una buena ventilación, y es conveniente separarlas ligeramente de la pared.

Fuente: 
Muy Interesante

Sunday 26 April 2015

Busqueda

 Contemplando el día, que se asoma tímidamente
encerrado en el pensamiento eterno,
 sin poder expresarlo, cerrado, nítido
sabiendo que un sonido condenaría el pensamiento.

Contemplar esas cosas que otros no distinguen,
porque están tan cerrados a la imaginación o será
 a la realidad?
Ir dejando la vida día a día, sin vivir,
 permanecer y no saber
Donde ? donde deje mis sueños, donde se fue
mi alegría, como regresar, como vivir y sonreír;
formulas, formulas,  dicen,  cuentan,  y la mente dormida
aletargada, triste, un minuto corriendo tras destellos,
el otro perdido en tu propia mente. Hasta acá llegue
No mas.

 MIH

MARIA INS HORTON